Cada domingo, cuando llega con Ferran a la roca que tiene forma de niña sonriente, se desabrocha con cuidado los botones de su camisa blanca y la deja tendida al sol
Ferran mientras tanto mira al mar fijamente y se imagina como hubiese sido su vida si no hubiese decidido abandonar su prometedora carrera como bailarina de ballet clásico.
Hubiese sido primera figura del ballet de Moscú, como Yana Kazantseva.
ResponderEliminarPero si decidió hacerlo, sus motivos tendría.
Quizás algún día se de cuenta de que le compensó.
Quizás de otra manera, no hubiera encontrado a Paco.
que inventiva chico...
ResponderEliminaradria...el de elbulli?
jejeje
ANÓNIMO
ResponderEliminarYo, ya le digo a Ferran que todavía está a tiempo de intentarlo... que los sueños no hay que perderlos nunca. Él me dice que puede que sí... pero que ya no es lo mismo... ya no es aquella alegre muchachuela que corría con dos coletas por la calle Hospital...él es así.
BEPO
Veraz como la vida misma..., jeje.
Me alegra que sigas por aquí.
un abrazo.