El otro día paseaba dentro de mi mismo por la planta primera del fnac de plaça catalunya y de repente me llamó.
Estaba allí, en una estantería de camino a las cajas, junto a la barandilla de las escaleras mecánicas.
Rápidamente me dí cuenta de que aquella frase no era sólo el título del best-seller de moda, era también el título que le podría poner a mi vida. Sin pensarmelo lo agarre y me fui con él hacia la caja.
El chico de pelo perfectamente rizado y acento afrancesado que estaba antes que yo en la cola me miró y asintió.
"Se lo hizo encima. Y no sólo pipí; también se cagó, a las nueve en punto de aquella mañana de enero; se lo hizo en las bragas y ni siquiera se dio cuenta,..."
Paolo Giordano. "La soledad de los número primos" Ed.Salamandra
miércoles, 20 de mayo de 2009
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La diferencia es que mientras los títulos de los libros son permanentes, las adjudicaciones de los mismos a las vidas personales son efímeras. El titulo que hoy define una vida, mañana deja de hacerlo.
ResponderEliminarHace unos días también yo paseaba por la FNAC de Alameda Urquijo. Me llamó y me dijo: este es para él.
Me eligió como mediador.
ANONIMO
ResponderEliminarmadre mía...! creo que debemos dejar de hablar con los objetos que nos dicen cosas...